Estimado doctor:
Respecto a los comentarios de Yihao, Karen y Alfonso, concuerdo en un 100% en que Chile tiene unas de las tasas más altas de sobrepeso y obesidad en el mundo, reconocimiento que lamentablemente no es bueno en términos de salud poblacional, ya que estas dos condiciones, tal como expusieron mis compañeros, son en gran parte responsables de patologías crónicas tales como diabetes mellitus, hipertensión o insuficiencia cardíaca, que generan un gran gasto para la salud pública de los Estados en el mundo, y el problema es más preocupante aún porque precisamente estas patologías son altamente prevenibles, pero las políticas públicas que se han implementado en Chile no han hecho frente a este aumento progresivo del peso en la población, tal como indica la última Encuesta de Salud 2016-2017, en relación a las últimas realizadas en este siglo.
Tomando como referencia la perspectiva de Alfonso, de enfocarse en un segmento específico de la población y de esta manera haciéndolo más personalizado, he encontrado una editorial de la revista “Medicina y seguridad del trabajo” de abril-junio de 2019, en la que se expone que los programas de salud y bienestar en lugares laborales son la mejor herramienta para enfrentar la problemática del ausentismo y presentismo (se refiere a estar presente en el trabajo pero con un rendimiento menor al óptimo) laboral, derivadas de estas mismas patologías expuestas en el párrafo anterior y también relacionadas a estas, tales como depresión o ansiedad.
¿Por qué le doy importancia a la salud laboral? Pues en Chile la tasa de participación en fuerza laboral es de un 59,3% según el boletín de empleo octubre-noviembre de 2019 del INE, considerando que este porcentaje se concentra en el rango etario sobre los 50 años, que sabemos que es la edad con más factores de riesgo para comorbilidades crónicas. Junto con esto, un estudio realizado por el Foro Económico Mundial y la Universidad de Harvard, citado en la misma editorial, estima que las pérdidas monetarias en productividad derivadas de estas enfermedades a nivel mundial, desde 2011 a 2030 son de aproximadamente 47.000 billones de dólares, cifra que debería mantener en alerta a los gobiernos alrededor del mundo.
Es por esto que las empresas e instituciones deberían enfocarse en implementar estos programas, que han demostrado que mejorando las condiciones de salud de los trabajadores, aumenta la productividad y disminuyen los gastos derivados como licencias médicas o reemplazos, a través de estrategias integrales que incluyen convenios, beneficios, políticas públicas, entre otras.
Atentamente,
Camila Barrientos R.
Estudiante de 5to año de Medicina
Facultad de Medicina CAS-UDD
Referencias:
- Editorial: “El nuevo paradigma de la salud laboral: alimentación, nutrición y dieta”. Liliana Melián-Fleitas. Revista Medicina y Seguridad del Trabajo, Abril-Junio 2019.
- Boletín trimestral de trabajo octubre-noviembre 2019. INE. https://www.ine.cl/docs/default-source/ocupacion-y-desocupacion/boletines/2019/pais/boletin-empleo-nacional-trimestre-movil-octubre-noviembre-diciembre-2019.pdf