Uds. se preguntarán ¿Por qué darse la molestia de escribir la “historia” del Capítulo Chileno HL7?
Bueno, por varias razones, pero que al final se reconducen básicamente a unos pocos aspectos esenciales: no para criticar los apreciados y reconocidos esfuerzos anteriores ni quienes los llevaron a cabo, sino que para que aprendamos del pasado para ojalá evitar cometer los mismos errores en el futuro. Nos conforta desde luego que no somos el único país que ha tenido dificultades para armar su Capítulo HL7 nacional, tal como han manifestado muchos expertos, sin embargo es importante también saber atesorar las lecciones aprendidas. Sólo con esta finalidad intentamos hacer un relato de los pasados intentos de constituir un Capítulo Chileno HL7.
A continuación entonces, el primero de una serie de tres post sobre la historia del Capítulo Chileno HL7 y sus vicisitudes (S.E. u O.). Abierto obviamente también a las opiniones, comentarios, contribuciones e incluso obviamente objeciones y enmiendas en caso de discrepancias o errores que pudieran contener.
El contexto inicial: “el despertar de la fuerza”
La historia empezó alrededor del 2007, período durante el cual se estaba empezando a dibujar el denominado proyecto “SIDRA” (Sistema de Información de la Red Asistencial) el que finalmente llevó al lanzamiento de la famosa licitación de Convenio Marco SIDRA (2008) en su primera versión. La que apuntaba a introducir determinados sistemas de información bajo forma de módulos funcionales que eran los que se percibían como prioritarios en salud (inicialmente cinco) para apoyar algunos importantes procesos de los Servicios de Salud Públicos del país y que estaba generando mucha expectativa entre los distintos actores que se predisponían a participar de la nueva oportunidad. Por primera vez se dio una iniciativa planificada desde el Ministerio de Salud que apuntaba a introducir sistemas de información electrónicos en salud (no entraremos mucho en el mérito, para más información puedes leer aquí salud-e.cl ).
Pues bien, fue en el fervor y “ hype ” de ese contexto, donde por un lado el Ministerio de Salud se preparaba para establecer los requisitos y lanzar la licitación SIDRA, y por el otro la “industria” se preparaba para poder competir y ganar para quedar en el convenio marco, que se fraguó en paralelo a eso la que consideramos como la primera iniciativa de la que tenemos memoria para armar el Capítulo Chileno HL7.
¿Cómo se gatilló esta iniciativa? ¿Cuáles reales “drivers”?
Bueno, básicamente porque – a pesar de que muy pocos entendían de verdad de qué se trataba la “interoperabilidad” y los “estándares para la interoperabilidad”, que los profesionales o técnicos certificados y reconocidos por HL7 Internacional en y/o desde Chile (origen) en alguno de sus estándares se contaban en los dedos de una mano, y a pesar también de que muy pocos sabían de verdad cuál es el rol que desempeña un Capítulo HL7 nacional – la verdad (tal vez inconfesable) es que algunos de los actores se sumaron a la iniciativa sobre todo porque entendían que de alguna forma era bueno estar presentes y figurar asociados al tema. En el fondo “HL7” es una tremenda marca y muchos querían participar también por eso. O algo como eso.
Bueno, tal vez no haya que ser tan duros con nosotros mismos y mejor focalizarse en lo bueno que puede nacer de todas formas. En efecto había también algunos actores de ese período que de verdad tenían la noción y como principal objetivo el de contribuir y apoyar concretamente las iniciativas para integrar y hacer interoperar los sistemas de información en salud en Chile, contando con ciertas competencias y entendiendo claramente qué significaba eso.
Los primeros pasos: buscando un modelo y un rol que jugar
Pues bien, en 2007 se constituyó entonces una organización de facto (i.e. sin personalidad jurídica hasta donde sabemos) denominada “Capitulo Chileno HL7” que correspondía básicamente a una comunión de interés en torno a HL7 en Chile, que tenía como miembros prevalentemente empresas, una asociación gremial y otros actores que habían constituido un directorio y recogido fondos. Conformaban el directorio desde representantes del mismo Minsal (Agenda Digital del Ministerio de Salud) hasta representantes de la industria de proveedores, asociaciones gremiales como ACTI y empresas de consultoría en salud. La representación del Capítulo y las principales actuaciones hacia los demás actores eran llevadas a cabo por algunos miembros del directorio según el particular período y presentando distintos cargos con los que se presentaban según la instancia (directores, chair, presidente, vice-presidente) y el Capítulo mismo había conseguido la afiliación preliminar a HL7 Internacional.
Uno de los objetivos que se habían declarado para la recolección de los fondos inicial era la contratación de apoyo para poder tramitar y solventar los costos de la constitución de una entidad con personalidad jurídica y para ratificar y mantener la afiliación preliminar a HL7 Internacional cuando esta iba a pasar a ser onerosa.
Dentro de las actuaciones iniciales del Capítulo Chileno HL7, fue curiosa aquella relacionada con el hecho que el Ministerio de Salud, a través de uno de sus representantes (que por cierto también era parte del mismo directorio del Capítulo Chileno HL7), le dirigió al Capítulo la siguiente pregunta :
¿Cuáles estándares para la interoperabilidad eran los que debiera adoptar Chile?
La pregunta formulada en esos términos, hacia el capítulo que en el fondo era la “sucursal” recién formada de una de las Standards Development Organization SDO en particular, podía hacer surgir una que otra inquietud. Pero más entretenido aún fue escuchar la respuesta de algunos de los exponentes del mismo capítulo que despejó toda duda acerca de en qué etapa y grado de madurez íbamos realmente. La respuesta de uno de los representantes del Capítulo Chileno HL7 de ese entonces fue algo así como:
Los estándares que la industria ha indicado o implementado…
Bueno, a parte que el tema de la interoperabilidad es un poquito más complejo, surgieron algunas inquietudes sobre la respuesta que se formuló en ese entonces. ¿El Capítulo Chileno HL7 como un mero “buzón” que apuntara además a la industria y sin mucho valor agregado? Uhm. Pero en el fondo debemos conceder que estos problemas son típicos de cuando todavía estamos en la etapa de buscar un rol que jugar cuando algo es nuevo y no lo entendemos del todo.
Bueno, pero finalmente entonces:
¿Cuáles fueron las exigencias sobre interoperabilidad y “estándares” que se incorporaron en el Convenio Marco SIDRA 2008, o sea en el convenio que gobernó gran parte del mercado de los sistemas de información del país en muchos de los años que siguieron y donde se puede asumir que el Capítulo Chileno HL7 de ese entonces pudo haber ejercido alguna influencia a través de la solicitud recibida del Minsal?
Muy fácil, estas que se aprecian en esta imagen, tal como fueron formuladas en las bases de licitación del convenio marco SIDRA 2008 (pag. 378 de las Bases Técnicas Nº 2239-10023-LP08 CM 06-2008) :
A pesar de que la licitación Nº 2239-10023-LP08 CM 06-2008 SOFTWARE DE SALUD Y SERVICIOS ASOCIADOS ya no parece estar disponible en MercadoPublico, nosotros tenemos memoria y los hemos guardado para Uds. En esencia, era sólo poco más que lo que pueden ver en el extracto anterior (los que quieran las bases completas, pueden solicitarlo en este mismo thread o escribiendo al autor de este post).
Es interesante analizar la particular formulación, que no está en términos efectivos de alguna exigencia sin posibilidad de evadirlos, sino que en términos mucho más laxos, sólo tímidamente se hace referencia a una lista de “ Estándares de Salud Aceptados ” y a partir de la cual una interpretación podría ser sencillamente, que si tu producto trae algunos de estos estándares… OK los aceptamos, pero si no traes ningún estándar, pues también lo aceptaríamos. Obviamente con esto y poco más de otros aspectos relacionados que venían en dicho convenio marco, estábamos en realidad muy lejos todavía de una definición que permitiera establecer qué información se debe compartir, cuándo o en qué situaciones, cómo o a través de qué estándares, contando con qué guías de implementación y –sobre todo- con qué verificaciones de cumplimiento de que de verdad está funcionado. Un sueño muy lejano aún. Para el cual ni siquiera sabíamos ponernos las preguntas correctas. Pero esto no debiera sorprendernos demasiado, estábamos evidentemente todavía en pañales y la “interoperabilidad” era sólo una palabra altisonante para hablar mucho, pero en el fondo, poder decir bien poco. Eran esos tiempos. ¿Y ahora habrá cambiado algo? Bueno, esto lo dejamos para algún otro post futuro.
Los principales resultados de la primera iniciativa
Pero volvamos a nuestro Capítulo. A pesar de dicho escenario inicial, quienes habían impulsado los primeros pasos del capítulo y se encontraban dentro de su directorio inicial, realizaron diversas actividades y actuaron en representación del Capítulo Chileno HL7 por varios años. A continuación algunos de los reportes que se enviaban a distintos actores internacionales sobre lo que se realizaba en Chile. En uno de los boletines de la Revista HL7 Latam se puede leer el siguiente extracto sobre Chile:
En una entrevista a uno de sus representantes disponible aquí se puede leer:
Dentro de ellas, principalmente la realización de cursos (mas no el desarrollo de guías de implementación ni otras iniciativas que obviamente requieren contar con expertos locales, recursos y más). Pero incluso estas actividades de cursos que tuvieron lugar, por razones que no conocemos, no terminaron en alguna certificación de sus participantes que sea reconocida oficialmente por HL7 Internacional a la fecha de hoy. De modo que, lamentablemente, los profesionales o técnicos chilenos que pueden esgrimir una efectiva Certificación en alguno de los Estándares manejados por HL7 todavía se cuentan en los dedos de una sola mano.
Puedes verificarlo directamente tú mismo a través del siguiente enlace HL7 Certification Directory | HL7 International o bien ver la imagen a continuación que representa los resultados de la búsqueda al 16 de julio 2019.
Cabe señalar también que – a parte algunas vicisitudes referidas de las que no tenemos una verificación o apreciación directa y por lo tanto omitimos mencionar – muchas personas (incluso más o menos competentes) incurren a menudo en el error de confundir lo que es la realización y aprobación de algún curso sobre HL7 o acerca de alguno de sus estándares (llevado a cabo por quien sea, entidades terceras o incluso capítulos HL7 de otros países), con lo que en cambio es otro acto que a pesar de poder estar relacionado, es en realidad separado y distinto: sostener y aprobar el Examen de Certificación reconocido por HL7 Internacional respecto de alguno de los estándares y versiones. Pues es esto último lo que de verdad confiere la calidad de “certificado en algún estándar y versión HL7” y por ende la posibilidad de ser incluido en dicha lista. Para más información: Healthcare Standards Certification | HL7 International
Pues bien, a parte las actividades de cursos mencionados coordinados prevalentemente por uno de los directores del Capítulo Chileno HL7 hasta el 2011, y a pesar de lo declarado en una de las entrevistas arriba reportadas, finalmente el capítulo quedó en una suerte de “default” respecto del funcionamiento hacia sus propios miembros, no se concretó la constitución de una persona jurídica y se presentó también una situación de “default” ante HL7 Internacional. No mucho parecía estar realmente “en orden”.
En efecto, el 25 de marzo de 2013, la Directora del Membership Services de Health Level Seven International confirmaba la situación:
“HL7 Chile has been terminated as an affiliate by the Board of Directors of Health Level Seven International due to failure to comply with the terms of the affiliate agreement and pay the necessary affiliate fees.”
Así entonces terminó el primer intento de constituir el Capítulo Chileno HL7.
Nota: para todos los lectores, reiteramos la premisa inicial de este post, que contamos los antecedentes históricos que conocemos, no para criticar ni desconocer los esfuerzos anteriores, sino que los relatamos exclusivamente para que conozcamos la historia y la tengamos presente para el futuro. En un próximo post describiremos la segunda iniciativa.